martes, 30 de agosto de 2011

España, rarezas del II centenario VII


El 5 de septiembre de 1986 se pone en circulación, en España, dentro de la serie básica, efigie de S.M. El Rey Don Juan Carlos I, con un valor de 19 pts. en color  castaño lila y en papel fosforescente e impresos en huecograbado, 440.000.000 de ejemplares. De toda la emisión se conocen con el error sin dentar parcial y en pareja vertical solamente 20 ejemplares. Convirtiéndose así en una de las piezas raras del II Centenario.

sábado, 27 de agosto de 2011

El Medio Real de Antillas

La primera emisión de sellos postales para las Antillas hispanas

Lohania Aruca Alonso

Siete millones de cartas circulaban anualmente en la isla de Cuba, según informaba el 20 de junio de 1855, José Gutiérrez de la Concha al Ministro de Estado encargado del despacho de Ultramar. Por aquel tiempo, Concha cumplía su segundo mandato como gobernador y capitán general de la colonia antillana. En la misma comunicación, solicitaba urgentemente que le fuera enviada una segunda remesa de la primera emisión de sellos destinada a Puerto Rico, Cuba y Filipinas. Esta se había puesto en circulación en Cuba, por primera vez, pocos meses antes, exactamente el día 24 de abril.


Nos sorprende la magnitud de la actividad epistolar señalada anteriormente. Considerando que la población total del archipiélago cubano entre los censos de 1841 (catorce años antes del hecho rememorado era: 1 007 624, de ellos 436 495 esclavos, con acceso poco probable al servicio de correos) y el de 1861 (seis años después: 1 396 530, de ellos 370 553 esclavos), de donde se podría suponer que hacia 1855, en Cuba tenían acceso al servicio de correos alrededor de un millón de habitantes, como promedio máximo probable. Es decir, que cada habitante del país escribiría siete cartas al año, ¡sin excluir a los iletrados blancos, negros o pardos libres!


Cierto es que este era el único medio de comunicación, tanto para relacionarse con el interior del país como con España y otros lugares foráneos, y que la vitalidad de los negocios y la cultura en Cuba estaban en un momento de auge. Aún así, y teniendo en cuenta que los valores de dichos sellos eran de medio real y un real, ambos de plata, aseguro que no era poco, ni ordinario, lo que Concha ofrecía como una nueva vía de ingresos fijos a la Hacienda Real. La remesa inicial había ascendido a la cantidad de 1 402 500 sellos de medio real (verdinegro); 182 750 de un real (verde bronce) y la misma cifra para otro de dos reales impreso en un color diferente (rojo carmín).

La primera emisión hecha únicamente para Cuba (es la segunda para las Antillas españolas), llegó a La Habana en el vapor correo “Velazco” el 8 de septiembre del propio año 1855; comprendía cuatro tipos de sellos, los tres anteriormente mencionados, y uno más de dos reales plata, su color era rojo naranja. Según los destinos de los envíos postales se estipulaban los valores de los sellos a imponer: Interior de la Isla, España y Puerto Rico, valían medio real, y para Filipinas un real. También se calculaba de acuerdo con el peso de las cartas, estas se clasificaban en: sencillas (media onza y una onza), dobles (una onza), o derechos de certificación para usos de documentos, incluida la distribución de periódicos y revistas (de un real o dos reales), a estas medidas se sumaba la tarifa de destino de la carta u otro envío postal.

Las características de la primera edición de sellos postales, realizados en la Fábrica Nacional del Sello de Madrid, y diseñados por José Pérez Varela, artista de esta última, eran simples y elegantes. En el centro del grabado estaba el perfil de Isabel II (1830-1904), que cumplía entonces veinticinco años de edad; rodeaba la efigie un círculo de perlas. Estas últimas también rellenaban los cuatro triángulos, gracias a los que se adaptaba la primera figura geométrica al rectángulo del sello, ambos laterales estaban guardados por diminutas campanillas. En la parte superior del impreso en papel, previamente hecha la marca de agua o filigrana como garantía de su origen de fábrica, se había estampado la palabra Correos, mientras que en la inferior podía leerse el valor de cada sello.
Las cancelaciones de las estampillas postales se hacían manuscritas, a pluma con tinta negra, o con un cuño especialmente enviado de la Península. Según nos advierte el historiador Guerra Aguiar en su obra, citada con anterioridad: “El 1ro. de septiembre de 1864 se inició el canje de los sellos de esta emisión por otra con diferente diseño, que se había confeccionado en España, dándose como término para esta operación el 15 de dicho mes.”

El correo y su distribución dentro y fuera de Cuba, fue, a partir de las reformas de Carlos III, una actividad prioritaria, siempre tuvo una representación sobresaliente dentro de la administración colonial. Recordemos que, en el plan de renovación del centro cívico de la ciudad capital de la colonia, iniciado bajo el gobierno del Marqués de la Torre, Felipe Fondesviela y Ondeano (1771-1777), el edificio de correos -hoy día conocido como Palacio del segundo cabo-, por la elegancia del medio punto de sus altos portales, la correcta composición arquitectónica y la rica ornamentación de la portada principal marcó una pauta tipológica para el resto de las nuevas construcciones que se levantaron alrededor de la Plaza de Armas, la más antigua y de mayor jerarquía de La Habana Vieja..

cubarte.cult.cu

miércoles, 24 de agosto de 2011

LII “Festa do Viño do Condado”


Este próximo viernes, día 26 de agosto a las 7 de la tarde, se inaugura la LII “Festa do Viño do Condado”, en Salvaterra do Miño, estará abierta al publico hasta el domingo 28. Entre las diversas actividades, un año más funcionara un matasellos especial y, además, en esta ocasión habrá un sello personalizado.
Al mismo tiempo se realizara una muestra filatélica, monográfica de las colecciones de D. Augusto Mariño y D. Alfredo Navarro Paya de los primeros sellos de Portugal y España.   

domingo, 21 de agosto de 2011

Jean De Bast, Diseñador y grabador de sellos



El notable grabador belga, nacido en Bruselas el 14 de junio de 1883.
Después de recibir una formación artística muy completa (Dibujo, pintura, grabado etc), ingresa en 1907 en el Atalier du Timbre de Malines, donde inicia su carrera hasta el termino de su carrera en 1945, como capataz de alto nivel.
Su primer diseño y grabado de un sello lo realizo en 1907
En 1926, los soberanos belgas a través de la administración postal convocan un concurso para llenar una vacante de grabador, que fue el ganador, a partir de ese momento su fama se acrecentó y el correo belga renuncio a convocar grabadores extranjeros para la producción de sus sellos.
En 1964 y 1965 dos sellos grabados por él obtuvieron medalla de oro en el Grand Prix de Arte Filatélico de Paris. Además realizo muchos otros diseños para otras administraciones postales.
Como maestro y grabador formó muchos discípulos en el Atelier du Timbre y llevó esta disciplina a un nivel artístico que lo hizo merecedor de numerosas distinciones y homenajes.
Jean De Bast se retiró en 1967 a la edad de 84 años y falleció el 24 de diciembre de 1975.

viernes, 19 de agosto de 2011

drakkar, el sello de Estados Unidos de 1925


En el año 1925 se cumplía el centenario de la llegada a América de los primeros colonos noruegos.
Entre las distintas series que se editaron para conmemorarlo, el sello de 5 centavos representaba un antiguo barco vikingo (drakkar) en el que lucían a proa y a popa nada menos que las banderas de Noruega y... la de EEUU.

martes, 16 de agosto de 2011

VIII Mostra Filatélica de Cangas


Del 20 al 29 de agosto se celebra en la Capilla del Hospital en Cangas do Morrazo la VII Mostra Filatélica e Fotográfica. Organizada por la Sociedade Filatélica Canguesa, patrocinado por el Concello de Cangas, Diputación de Pontevedra y la colaboración de la Federación Gallega de Sociedades Filatélicas.
Además de las colecciones filatélicas también se podrá disfrutar de una exposición de carteles anunciadores de las fiestas del Cristo.
El acto de inauguración oficial será el sábado, día 20, a las 11,30 horas en la propia capilla, coincidiendo con la instalación de una estafeta temporal de Correos que contara con un matasellos especial y un sello personalizado.

jueves, 11 de agosto de 2011

Carl Wilhelm Becker: Uno de los más grandes falsificadores de monedas antiguas de la historia

Por Darío Sánchez Vendramini

En los últimos meses las falsificaciones han sido un tema frecuente en el mundo numismático. Algo fascina y a la vez repulsa en estas piezas producidas con el afán de pasar por algo que no son. Por un lado, admiramos el talento, casi siempre anónimo, que es capaz, en algunas ocasiones, de engañar incluso a reputados especialistas, a curadores de museos y a casas de subastas. Por el otro, por supuesto, todos tenemos temor de ser estafados y de la terrible desconfianza que el éxito de los falsificadores difunde en el ámbito del coleccionismo.
En esta entrada quiero dejar un poco de lado ese temor y concentrarme en la fascinación para presentarles al personaje de uno de los más talentosos falsificadores de la historia, Carl Wilhelm Becker (1772-1830). Uno de los pocos imitadores modernos capaces de reproducir el estilo de los grabadores antiguos, como puede verse en el retrato de Póstumo de su autoría que encabeza esta página.
De comerciante a “artista” 
Carl Wilhelm Becker nació en Speyer el 28 de junio de 1772. Su padre, Johann Wilhelm Becker, era dueño de un viñedo y de un negocio de vinos y mantenía un puesto de honor en la ciudad como Síndico. En su juventud, Carl mostró una temprana afición por el arte, pero su padre no le permitió seguir esa vocación y convertirse en escultor. Cuando Carl alcanzó la mayoría de edad, lo envió a trabajar con un comerciante de vinos en Burdeos. Aquí habría él comenzado a hacer dibujos de monedas antiguas y a fabricar cuños como pasatiempo. En mayo de 1795, cuando se casó con Maria Catherina Tremelius de Mannheim, ya estaba en el negocio como comerciante de vinos en Frankfurt. Desde 1798 hasta 1802 o 1803 la pareja se estableció en Mannheim para desempeñarse en el comercio de telas. Este proyecto fracasó en 1803. El talento artístico de Becker no se conjugaba bien con el mundo de los negocios. 

Después de su fracaso comercial, Becker vivió, entre otros lugares, por un tiempo en Munich, donde en la Real Casa de Moneda obtuvo un completo entrenamiento en el arte de producir troqueles de acero grabado. Becker estaba decidido a dejar de lado el comercio y forjarse un destino en una profesión más artística.

Decadracmas de Siracusa - ¿Cuál es el original y cuál de Becker?

¿Cómo se inicia un falsificador? De estafado a estafador.
Es probablemente durante este período de residencia en Munich en el que sucede un acontecimiento de crucial importancia para su carrera posterior. Un barón le vendió a Becker una moneda de oro del emperador Cómodo que resultó posteriormente ser falsa. Al quejarse Becker de la estafa, el barón le respondió fríamente que lo merecía por su ignorancia, por meterse en un terreno que no conocía. Indignado, Becker se decidió a estudiar todo lo necesario para dominar la numismática antigua. Pudo así producir sus propias monedas falsas y tener la satisfacción de venderle una de oro al barón que lo había engañado.

Áureo de Cómodo - Copia de Beck a la izquierda - original a la derecha.

Su éxito lo llevó a continuar su producción y a comenzar a comercializar sus monedas como medio de vida. La imagen que encabeza esta sección ilustra la calidad de su trabajo. ¿Alguien puede decir cuál es el decadracma original y cuál es el de Becker?
En este “desafío para expertos”, en el que les solicito identificar cuál de los dos decadracmas de Siracusa ilustrados en la foto es auténtico y cuál una falsificación de la mano de Becker, he aquí la respuesta:

Para facilitar la identificación, tienen aquí la imagen del anverso de otro decadracma de Siracusa. Como puede apreciarse claramente, una de las monedas ilustradas arriba presenta algunas diferencias de estilo demasiado notables como para ser atribuibles a una variante de la época, la de la izquierda. Si bien Becker logró captar el aspecto general de los originales, su Aretusa no es del todo convincente. Si observamos con atención, veremos que (dejando de lado otros detalles) sobre todo la línea de la frente y los arcos de sus ojos no tienen la pureza clásica de las auténticas. Lo mismo sucede con la boca, cuyos labios se encuentran algo hundidos.

Sus métodos de producción
Becker realizaba todo su trabajo en forma completamente manual. Es decir que no utilizaba medios mecánicos para transmitir el diseño de una moneda auténtica a un cuño. Estudiaba cuidadosamente el original y luego grababa el diseño completo a mano de la misma forma en que se trabajaba en la Antigüedad. Cuando no podía conseguir un original para tomar como modelo trabajaba a partir de copias hechas con moldes de yeso u otros métodos. Parece que en algunos casos específicos trabajó a partir de ilustraciones de las monedas, acuñando algunas piezas de menor calidad de lo habitual en su producción. También produjo, en un par de ocasiones, algunas piezas fantásticas sin modelo antiguo concreto.
Una vez producido el troquel, Becker acuñaba sus monedas con golpe de martillo al igual de lo que se hacía en la Antigüedad y sin recurrir al uso de las prensas mecánicas habituales en la producción monetaria de su época. El proceso era muy laborioso y Becker llevaba a cabo casi sin asistencia todo el trabajo que en las “oficinas” de las cecas antiguas desarrollaba todo un equipo de especialistas. Becker trabajaba con cospeles que le eran proveídos por casas de fundición. Los utilizaba en forma esférica para producir monedas de alto relieve como algunas piezas griegas y en forma de discos para monedas más planas. En algunos casos utilizaba monedas antiguas de escaso valor y las reacuñaba con los tipos de otras más valiosas.
Para “envejecer” sus monedas recién acuñadas, Becker utilizaba un procedimiento muy original. Las colocaba en un cajón de madera lleno de viruta de hierro y arrastraba el cajón con su carruaje en un paseo por el campo.
Una vez producidas sus monedas, Becker las comercializaba, con gran éxito, a través de una red de agentes y de contactos comerciales por toda Europa. En algunos casos se las vendía expresamente como copias modernas, pero la gran mayoría de las veces se las hacía pasar por auténticas. A lo largo de su carrera, Becker vendió sus monedas a coleccionistas de todo el continente e, incluso, a muchos de los museos más importantes, como el Museo Británico, que todavía posee piezas de Becker.
Cuños grabados por Becker a mano para producir monedas de Transilvania del siglo XVII.

Un falsificador expuesto
Las falsificaciones de Becker fueron expuestas como tales por el gran numismático italiano Domenico Sestini (1750-1832), quien en su obra Sopra i Moderni Falsificatori di Medaglie Greche Antiche nei tre Metalli (1826) describió y reprodujo varias de sus monedas. Becker se defendió diciendo que él producía copias para que los coleccionistas de menores recursos pudieran completar sus colecciones. Lo cierto es que a pesar del éxito de sus monedas Becker nunca tuvo una situación financiera particularmente buena y que experimentó en sus últimos años serios problemas económicos.
Muy rara medalla húngara de 10 ducados de oro, falsificada por Carl Wilhelm Becker, en 1820.
Las monedas de Becker no son hoy peligrosas pues un análisis detallado revela fácilmente su condición, pero no ocurría lo mismo en su época, en la que la catalogación y el estudio científico de las acuñaciones antiguas se encontraban en sus inicios. Lo que hace todavía interesantes a sus falsificaciones es el talento genial de Becker como grabador, capaz de reproducir en muchos casos de manera genial el espíritu de las acuñaciones antiguas.
Referencias bibliográficas
Hill, Sir George F.: Becker the Counterfeiter. Chicago, 1979 (edición original de 1924).
Sayles, Wayne G.: Classical Deception : Counterfeits, Forgeries and Reproductions of Ancient Coins. Krause Publications, Iola (Wisconsin), 2001.
Darío Sánchez Vendramini Doctor en Historia Antigua por la Universidad de Tübingen (Alemania). 
Profesor Asistente de Historia Antigua en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, y como investigador del CONICET.
numismaticodigital.com

lunes, 8 de agosto de 2011

Sobre robado después de 38 años se vendió por 431.250 dólares


En una noche oscura y tormentosa diciembre de 1967, delincuentes profesionales se dirigieron  a la casa de de J. David Baker en las afueras de Indianápolis, un coleccionista de sellos y tomaron nota de lo que había en ella. Baker estaba ausente, asistiendo a un evento social, por lo que los ladrones tenían el tiempo que necesitaban para entrar en la casa y violentaron la caja de seguridad que contenía la colección de Baker compuesta de 250 sellos clásicos de Estados Unidos. 
La joya de la corona de la colección, conocida como Ice House cover, era el único sello postal conocido de gran valor del año de 1869 y cuyo valor era de 90¢ con la imagen de Abraham Lincoln. 
Aunque el crimen nunca fue resuelto, la mayoría de las estampillas fueron recuperadas por el FBI en 1974. Sin embargo, la Ice House cover no estaba entre ellos.
Como pasaban las décadas, muchos pensaban que los tres sellos del sobre habían sido despegados y el sobre destruido.
Un avance rápido a la tienda de Chicago sello King David Berg concesionario el 4 de enero de 2006. Una pareja de ancianos entró en la tienda con varios artículos que esperaban vender. La mayoría de los artículos eran de poco valor, pero Berg reconoció de inmediato un sobre que contenía el faltante Ice House en la cubierta. La pareja informó que habían encontrado dicho sobre, mientras hacían la limpieza en la residencia de un conocido fallecido. Las autoridades fueron notificadas, y el FBI tomó la custodia del sobre.
Después vino la dura batalla, que duró más de dos años para establecer la propiedad.
Baker había recibido un pago del seguro por el robo, pero cuando la mayor parte de la colección se recuperó, le devolvió el dinero en su totalidad con interés. 
Baker murió en 1979, pero el tribunal decidió en última instancia, el caso de bienes a favor de Baker, en representación de su viuda y su hija.
El 13 de junio en Nueva York, Robert A. Siegel Auction Galleries subastado la cubierta en nombre de la finca Baker. El postor ganador fue un destacado coleccionista de sellos raros y únicos del siglo XIX, el Dr. Arthur KM Woo, que pagó 431.250 dólares para la cubierta.
El sobre cerrado con tres sellos diferentes clásicos EE.UU. se conoce como la Ice House cover en cuanto se dirige al "Sr. Jas. H. Bancroft, Ice House, Calcuta, E. Indias". 
La cubierta fue descubierto en 1914 por un coleccionista de gira en la India. Lleva el sello de 90¢ Lincoln y un sello de 12¢ Henry Clay. A falta del sello de 10¢ Thomas Jefferson ha sido sustituido por un sello de juego con una cancelación similar. Una gran lágrima pasa sellado a través de la parte superior izquierda el sello de 90 ¢, separándola en dos piezas, pero el sello ha sido reparado.
Los tres sellos dando un total de 1,12 dólar había sido pagado por la tasa de cuádruples para el correo británico a la India a través de Brindisi, Italia. 
Rick Miller, senior editor, Linn's Stamp News

sábado, 6 de agosto de 2011

Matasellos especial de Galicia julio 2011


Durante los meses de junio y julio en Galicia, solamente fue utilizado un matasellos especial, el 15 de julio en la localidad de O Rosal, con motivo de la Feria del Vino. 

viernes, 5 de agosto de 2011

100 años de aviación


País: Malasia
Día de emisión: 7 de julio 2011
Serie de tres valores

lunes, 1 de agosto de 2011

Filigrana


Consiste en una marca de agua incorporada en el papel de algunos sellos postales en la fabricación del papel, que normalmente es visible a tras luz. Su principal función es la de evitar las falsificaciones, esta marca se obtiene por medio de la regulación del espesor y densidades de la materia prima para la fabricación del papel, pudiendo recrearse múltiples diseños según los requerimientos del comprador.