martes, 4 de enero de 2011

Las "Fancy Cancellations" Norteamericanas - 2ª parte, siglo XX

Crónica filatélica
José Ramón Moreno Fernández-Fígares
Vice-Presidente de la FEPA
Presidente de la Comisión  Temática de FESOFI
Secretario de la Comisión Temática de la FIP

Después de tres décadas, el Reglamento Postal de 1924 iniciaba una nueva vida para los matasellos de fantasía. En él se prohibía utilizar matasellos con el nombre de la ciudad o estafeta de correos y la fecha en el anverso de las cartas certificadas. Éstos fechadores deberían ir al dorso.
Sin embargo, esa norma no fue atendida hasta que, en 1927, el tercer Adjunto del Director General de Correos envío una severa circular exigiendo su cumplimiento y enviando cuños específicos para anular los sellos a las estafetas de 1º, 2º, y 3º categorías. Las pequeñas estafetas de 4º categoría volvían a quedar olvidadas. Esto originó que muchos jefes de correos de modestas localidades elaborasen sus propios matasellos con un motivo alusivo como ya habían hecho sus predecesores entre 1860 y 1890.
El motivo a veces tenía alguna relación con el nombre de la ciudad, como Columbus, donde representaron una imagen de Colón, en Pigeon un pichón, en Hand, como su nombre indica, una mano, o en Ford el automóvil aquí representado. Otros matasellos requirieron mayor imaginación del jefe del correo local como el de Holland, que utilizó un Molino, o el de Money una bolsa. En otras ocasiones su inspiración escogió el motivo que más le gustó sin ninguna relación con el nombre a las peculiaridades de su localidad.
Como los “fancy” del siglo anterior, estos matasellos estaban hechos con materiales de fortuna tan diversos como la madera, la patata o el corcho. Y ¿cuál fue el motivo de que los jefes de correos de localidades tan pequeñas se esmeran en tallar esos bonitos cuños? Su sentido artístico desde luego que no sino que, como casi siempre, la culpa la tuvo el dinero.
Los EE.UU. se encontraban en plena depresión y el salario de los jefes de correos de 4º categoría dependía, en buena parte, del número de sellos que cancelaran, pues sus ingresos fijos eran muy bajos.
Con las “fancy” procuraron aumentar sus ganancias a base de hacer sus matasellos lo más atractivo posible para los usuarios locales pero sobre todo para los coleccionistas.
“Fancy” de boar (barco), Kentucky, del 22 de mayo de 1930. Estuvo en uso del 28 de agosto de 1929 hasta el 30 de junio de 1930. Como correo certificado, en el anverso sólo se aplica el cancelador de los sellos.

Dorso del mismo sobre con los correspondientes dos fechadores y la marca de llegada.

Consideraciones legales
Desde 1902, el Correo norteamericano tenía estipulado que las Oficinas de Correos no debían utilizar ningún matasellos que no hubiese sido suministrado por sus Departamentos Centrales. Estas instrucciones fueron repetidas a menudo y así en la “Guía Oficial del Correo USA” de 1928 aparece en su página 81: “Todo el material de matasellado tiene que ser solicitado directamente al 4º ayudante del Director General de Correos”.
Más adelante continúa: “No se deben usar matasellos para anunciar exposiciones, ferias u otras celebraciones, salvo que tengan tal interés nacional que hayan sido reconocidas o apoyadas por el Congreso”.
Parece claro que la estricta observancia de estas reglas habrían imposibilitado la continuación de los matasellos de fantasía. Sin embargo, en el “Registro de Leyes y Reglamentos Postales”, en su sección 874, se estableció lo que podía suponer una contradicción con lo anterior: “Una impresión legible del fechador debe ser aplicada dos veces en el dorso de cada carta… los fechadores no deben estamparse en el anverso del correo certificado”.
Esta norma permitía asegurar que el correo certificado no fuese tratado como correspondencia ordinaria por empleados poco cuidadosos, pero no especificaba qué debía usarse en su lugar. Esta omisión volvió abrir la puerta a las “fancy”.
Cuando la Dirección de Correos quiso atajar la proliferación de estos matasellos de fantasía, se habían extendido de tal forma que fueron precisos varios años de emisión de normas e inspecciones postales antes de detener definitivamente su uso. Algunos jefes de estafetas intentaron solventar la cuestión cancelando el franqueo de una forma mixta: parte de los sellos con el matasellos ordinario y parte con el de fantasía, por lo que fueron muchos los que recibieron amonestaciones por escrito.
Se había llegado al punto de que una serie de coleccionistas y comerciantes filatélicos proponían a sus servicios postales confeccionarles matasellos con sus imágenes preferidas. En otras, los mismos coleccionistas confeccionaban las “fancy” en madera o corcho y se las llevaban a los jefes de correos intentando convencerles de que las utilizaran.
El Director General Adjunto de Correos se quejaba en una carta de que “El correo USA está empezando a parecerse a un circo de tres pistas”.
Finalmente, la emisión de unas severas instrucciones el 27 de agosto de 1934 prohibiendo su uso resultaron efectivas, por lo que se encuentran escasos sobres posteriores a esas normas.
Indianápolis, sede de las famosas “500 millas”, representó a un bólido de carreras para conmemorar su 17º edición el 30 de mayo de 1929. Al no ser una carta certificada se explica el fechador estampado en el anverso.

El “fancy” de Kenosha, Wisconsin, con la imagen de un automóvil, sólo se conoce empleada el 29 y 30 de marzo de 1929.

Falsificaciones
Con el aumento de los precios de los matasellos de fantasía, en los últimos años han proliferado las falsificaciones. Vamos a ver los medios que nos permitan intentar distinguir las auténticas “fancy cancellations” de las imitaciones. Hablando del siglo XX, matasellos de fechas no comprendidas entre 1927 y 1935 son sospechosos. Los matasellos de fantasía sólo proceden de poblaciones perfectamente determinadas. Encontrarlos de una localidad no catalogada invita a la duda.
El método más común de las falsificaciones, es el de fabricar una plancha litográfica -últimamente también por medios informáticos- a partir de una marca auténtica para luego imprimirla en un sobre. El matasellos manual original deja una ligera marca de papel, cosa que no ocurre con los litográficos.
Un sistema más fácil de evitar las falsificaciones es coleccionar exclusivamente sobres certificados. Aunque, como hemos visto, el origen de la “fancy cancellations” va unido al correo certificado, una serie de estafetas también los estamparon sobre correo ordinario. Las falsificaciones han centrado “su trabajo” en sobres sin certificar por dos motivos:
1-      Todo lo que necesitan es un sello nuevo de la época, una copia de uno de los matasellos manuales (la imperfección de las “fancy” facilita su copia), y un sobre de aspecto viejo. Para imitar un certificado necesitarían además la marca de certificado y los fechadores de las ciudades de emisión y llegada, mucho más difíciles de copiar, y
2-      Falsificar una marca de “certificado” constituye en Estados Unidos un delito penado con prisión, lo que generalmente ha disuadido a los estafadores.

Ejemplo del matasellado mixto, utilizando el matasellos ordinario y la “fancy cancellation”. Éste de Broadwater sólo se empleó entre el 13 y el 18 de junio de 1933.

Categorías 
El orden de preferencia de las “fancy cancellations” puede establecerse de la siguiente forma:
1-      Las mejores “fancys” del siglo XIX sobre carta.
2-      Las mejores “fancys” del XIX sobre sellos. Otras “fancy” del XIX sobre carta. Cartas certificadas de 1927 a 1930 con marca de llegada al dorso.
3-      Otras “fancy” del XIX en sellos sueltos.
4-      Cartas certificadas 1931-1934 con marcas de llegada al dorso.
5-      Cartas certificadas siglo XX sin marcas de llegada.
6-      Cartas de correo ordinario.
7-      “Fancy” del XX en sellos sueltos.
8-      Sobres con exceso de franqueo (la tarifa de certificado era de 17 centavos).
9-      Sobres con franqueo insuficiente.

El “fancy” mosca estuvo en uso en Plastsville, Connecticut, del 3 de diciembre de 1930 al 1 de junio de 1931.

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