Fecha de emisión: 4 de marzo de 2011
A medida que uno se aproxima a la ciudad de Sigüenza, ya desde los entornos, destaca el impresionante edificio de su Catedral. Según desde donde se contemple ésta, puede ofrecer la apariencia de fortaleza si es vista desde su fachada de poniente, donde destacan dos hermosas torres almenadas, entre las que localizamos protegidas y abrazadas tres bellas portadas románicas del siglo XIII, siendo la central del Evangelio la que sirve de acceso principal al templo y que se ve coronada por un espléndido y no menos bello rosetón. Del lateral que da a la Plaza Mayor seguntina destaca una esbelta torre junto a la que se adosa otro impresionante rosetón que da luz al crucero y bajo el que se halla una portada neoclásica. Éste, unido a los ventanales superiores a través de las vidrieras, facilita luz al interior. En el conjunto, tanto del exterior como del interior, predominan elementos característicos del estilo gótico cisterciense.
Dentro de la Catedral , cuya construcción fue iniciada hacia 1124 por iniciativa del obispo Bernardo de Agen y en lo constructivo se prolongaría hasta el siglo XVI, e incluso hasta el XVIII, en lo concerniente al adorno de algunas capillas, llaman la atención sus tres naves; la central está ocupada por el Retablo Mayor y el Coro de sillería gótica, mientras que las laterales muestran de izquierda a derecha las capillas de San Pedro, de Santiago o de los Gamboa, de la Anunciación , de San Marcos, sacristía de la capilla de Santa Librada, la Sacristía Mayor o de las Cabezas, obra renacentista singular, la capilla del Espíritu Santo y la del Cristo de la Misericordia. Ya en el crucero, en el lado sur, encontramos la capilla de los Arce, destinada desde finales del siglo XV a enterramientos de esta noble familia seguntina. Es aquí donde localizamos el magistral sepulcro de Martín Vázquez de Arce, el célebre Doncel de Sigüenza.
Fuente: Correos
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