miércoles, 10 de noviembre de 2010

España: El dos reales azul y el "Tete-Beche" de la I República

                         2 Reales de 1851           Error de azul de 2 reales de 1851
La gran mayoría de los países del mundo tienen algún sello emblemático que llama la atención a todos los filatelistas. Por sus distintos motivos, errores, variedad u otro motivo que lo convierta en excepcional.
En España posiblemente el más emblemático  puede ser el 2 reales azul de 1851, que por error de la colocación de un clisé en la plancha del 6 reales azul produjo este error, del que se conocen solamente 3 ejemplares. Aun así, no es la pieza más rara de la filatelia española.

El 10 céntimos verde de 1873, bloque de 6 con un sello en posición invertida, solamente es conocido un ejemplar. Este error se detecto al principio de la tirada, por lo que se corrigió inmediatamente, y llegaron muy pocas hojas a ponerse en venta. Esta pieza fue descubierta en Galicia allá por los años 50.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Billetes, la emisión del 18 de julio de 1937

Por Ramón Cobo Huici

Quizás los billetes y pruebas de la serie del 18 de julio de 1937 sean unos de los más deseados por los coleccionistas de las emisiones del Estado Español por su extrema rareza, y al mismo tiempo son unos de los más desconocidos ya que los catálogos no han conseguido referencias válidas por la escasez de ejemplares, hasta el punto que los ejemplares tipo faltan en la colección del Banco de España y sólo poseen pruebas de dos de los valores.
La historia de las dificultades que tuvo la emisión se puede encontrar en los catálogos del Banco de España y se han comentado en revistas especializadas. Como recordatorio, exponemos muy brevemente, las dificultades de la impresión.

Una vez iniciada la Guerra Civil los dos oponentes se encontraron con el problema de la fabricación de papel moneda, especialmente el bando de los sublevados, puesto que necesitaban, ineludiblemente, distinguir sus billetes de los del enemigo, ya que en los mercados internacionales la cotización de ambas monedas era muy diferente y el recurso del sellado como diferenciación de billetes nacionales y republicanos ponía en peligro la economía de la zona “Nacional”, ya que empezaron a aparecer en el mercado financiero de Londres, sellos falsificados, falsificación hecha por el propio gobierno republicano que así conseguía una revalorización importante de su moneda.

Las necesidades de billetes del Gobierno republicano se solucionaron con sucesivas contrataciones a los proveedores habituales, Bradbury y De La Rue. La firma británica De la Rue estuvo fabricando billetes para la República hasta el último momento de la guerra, el 100 pesetas Dama de Elche no pudo enviarse a la Península al estar la guerra prácticamente finalizada y Bradbury empezó la fabricación de la serie “F” del 100 pesetas de Felipe II el 31 de enero del 38, y aún hizo, posteriormente, la serie “G”, es decir, también fabricó para la República hasta el último momento.

Al Banco de España de Burgos no le quedó más recurso que apoyarse en los fabricantes de Alemania e Italia, países afines ideológicamente con el gobierno del general Franco. Los italianos tenían una gran ventaja sobre los alemanes: eran muchísimo más baratos. A pesar de ello, la primera emisión se encargó a Alemania el 21 de noviembre de 1936; pero la segunda, en fecha 8 de julio de 1937, se adjudicó a Coen y Cartevalori.

El gran problema de Cartevalori era que nunca había fabricado billetes bancarios, por lo que su línea de producción debió de adaptarse a esta labor, lo que originó retrasos en el suministro, al encontrase con graves dificultades: no fueron solamente el problema técnico de fabricación, que consiguieron resolver, sino el de preservación de los billetes fabricados para evitar robos y falsificaciones.

El tema de evitar el conocimiento material del billete antes de la puesta en circulación es esencial, ya que la puesta en circulación de una falsificación al mismo tiempo que la legal es garantía de éxito ya que los receptores no conocen bien los auténticos y los falsos se aceptan con facilidad. El caso es que se fabricaron, y numeraron los billetes de 25, 100 y 1.000 pesetas de la emisión del 18 de julio de 1937, pero antes de que se pusieran en circulación, apareció uno de 25 pesetas en Bilbao y otro de 100 pesetas en Irún. El Banco de España obligó a quemar la emisión, cosa que se hizo, según el Banco de España en la sucursal de Soria.

Estos problemas llevaron a un contencioso económico al Banco y a Cartevalori que no se solucionó hasta 1957, eso sí, pagando el Banco de España, a pesar de que había cedido que la casa impresora hiciese las emisiones de 1 y 2 pesetas y la emisión de 1940.

Dada su rareza comentaremos lo que conocemos de esta emisión. La emisión encargada constaba de los valores habituales de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas.
Valor 25 pesetas: Anverso Cristóbal Colón y carabelas; reverso desembarco en América:

Conocemos un único ejemplar completo numerado, A 6.531.323. Al creer que nunca ha sido publicado indicamos que la numeración es doble, únicamente en el anverso, en color negro y con el mismo tipo de dígitos que los empleados en la emisión de enero de 1940.

Existe, al menos, una prueba completa, efectuada en papel de la emisión, sin numerar, no publicada y que ahora presentamos.

Sabemos de la existencia de tres pruebas de anverso, una con los colores adoptados y dos con “las carabelas” en color azul y el busto marrón obscuro y dos de reverso: una con la impresión definitiva y otra con la orla de color marrón granate y la viñeta marrón obscuro.
Las imágenes del reverso del billete de este valor que figuran en los catálogos más reconocidos, están hechas a partir de fotocopias de este billete numerado y las del anverso corresponden a una prueba de anverso.

Valor 50 pesetas: Anverso Alfonso VIII, reverso batalla de Las Navas de Tolosa.

Los motivos que deberían figurar en el billete se conocen a través de las instrucciones de fabricación del Banco de España, pero no conocemos ninguna prueba del mismo. El Banco indica que no se llegó a fabricar; a pesar de ello no sería impensable que en algún momento apareciese una prueba ya que es extraño que teniendo la impresión de tres billetes tan adelantada, no se hubiesen efectuado pruebas de los otros valores.
Valor 100 pesetas: Anverso general Castaños, reverso batalla de Bailén.
Únicamente conocemos un billete numerado A 8.494.033 subastado hace pocos años. Este billete se encuentra muy restaurado ya que presentaba dos grandes agujeros producidos por quemaduras, lo que, en principio, avala la noticia de la quema y la posibilidad de un rescate in extremis del ejemplar.

Conocemos tres pruebas. La primera, en la colección del Banco de España, impresa con los colores definitivos y otras dos efectuadas a partir de pruebas de anverso y reverso pegadas entre si y con los colores no adoptados. Curiosamente estas tres pruebas van numeradas en el reverso, números S 0210, V 0755 y 000227, con tipos de dígitos no empleados por Coen, lo que nos hace pensar que son numeraciones espurias efectuadas con posterioridad.

También se conoce un anverso con el medallón marrón y el escudo azul, un reverso marrón granate y la viñeta marrón obscuro, y otros dos reversos con los colores adoptados.

                               
Valor 500 pesetas: Anverso D. Juan de Austria, reverso batalla de Lepanto.

Según los datos del Banco de España estos billetes no llegaron a producirse pero si se conoce una prueba de anverso de color marrón granate, medallón marrón obscuro y el triunfo central en azul. Únicamente poseemos una fotocopia antigua del ejemplar, que presentamos a continuación ya que tampoco la hemos visto publicada.

El catálogo Edifil presenta la prueba de anverso de un billete de 500 pesetas con la imagen de Isabel I que, por su tipología y composición, opinamos no tiene relación alguna con esta emisión de Coen.
Valor 1.000 pesetas: Anverso Álvaro de Bazán, reverso batalla de Lepanto

El 20 de agosto de 1938 Cartevalori comunica al Banco de España que no está satisfecha con los billetes fabricados de 1.000 pesetas y propone efectuar un nuevo modelo. Se desconoce las características de este modelo rechazado, pero puede pensarse que podía corresponderse con esta prueba ya que está fechada el 18 de julio de 1937. En cualquier caso, el motivo del diseño encaja perfectamente en el conjunto pero su composición no es acorde con los restantes billetes, por lo que deducimos que es anterior a ellos y previo al adoptado con la imagen de Carlos I.
Valor 1.000 pesetas: Anverso Carlos I, reverso batalla de Pavía.
Al igual que en los valores de 25 y 100 pesetas sólo se conoce un ejemplar numerado, A 3.684.421, numeración doble en anverso y con la misma tipología que los restantes de la emisión.

Se conoce dos ejemplares numerados con triple numeración en anverso, de color rojo, pero dicha numeración sólo puede comprenderse como una prueba, ya que ni por tipología de los dígitos, color y diseño encaja con ninguno de los billetes impresos por Coen para el Banco de España.

Conocemos, al menos 8 ejemplares completos, los anteriormente mencionados, y cinco sin numerar, pruebas del billete, por lo que se puede considerar, desde el punto de vista coleccionista, como el más frecuente de la emisión, aunque dos de ellos se encuentran en colecciones estatales.
Existe una prueba de anverso y reverso con orlas en verde, otra de la calcografía del anverso en negro y otro juego cuyos colores desconocemos.

Como vemos, los motivos de los diseños se han efectuado de acuerdo con el espíritu político imperante en ese momento, personajes históricos ligados al pasado “glorioso” de España y a los hechos en los que intervinieron, propio de la ideología del primer franquismo.

Es muy curioso que todos los ejemplares de los billetes y pruebas completas se encuentren con señales de uso continuado, sucios y con dobleces, como si hubiesen circulado durante bastante tiempo, cosa impensable dado que no se llegaron a emitir. No somos capaces de esbozar ninguna hipótesis que permita aclarar las razones de este deterioro tan particular ya que, claramente, no es un problema de mala conservación.




sábado, 6 de noviembre de 2010

Palmares Iberex-Vigo 2010

Marta Verde en el momento de recoger su premio.

Este sábado, 6 de noviembre, día de clausura de la exposición Iberex-Vigo 2010, se celebro la entrega de trofeos y el palmares, donde participaron un total de 48 colecciones de Galicia y Portugal. Una alta calidad de participación, se entregaron un total de 14 medallas de Oro, recayendo el Gran Premio de Competición en la colección de Andrés García Pascual de A Coruña con su colección “Galicia siglos XVIII-XIX, correspondencia con Inglaterra”.
La participación de nuestros socios correspondió a Marta Verde Rodríguez con “Belleza Natural” y Jorge Martínez Baz con “Ese desconocido principio” consiguiendo medallas de Vermeil con 79 puntos y Plata Grande con 73 puntos, respectivamente, ambas colecciones con una ligera mejora puntuación respecto a las últimas participaciones. Nuestra más sincera enhorabuena.  
Palmares completo en: http://www.fegasofi.es/

viernes, 5 de noviembre de 2010

Invitación San Martiño


Hemos recibido invitación para asistir a la inauguración oficial de la exposición el próximo lunes día 8 a las 13 h.
"Del 8 al 14 de noviembre de 2010, la Sociedad Filatélica, Numismática y Vitofílica Miño de Ourense organiza la “XX EXPOSICIÓN SAN MARTIÑO”.
Se podrá visitar en el Aula de Cultura del Liceo de Ourense de 11 a 13:30 y de 17 a 21 horas.
Es una muestra dedicada al coleccionismo en la que se podrán ver las ya tradicionales de Filatelia (en sus modalidades tradicional, temática, un cuadro, clase abierta) y Numismática junto a otras …que reúnen vitolas, décimos de lotería, calendarios, tarjetas postales,….
Los expositores tienen edades comprendidas entre los 7 y los 88 años.
Cada año se elige como tema central una parroquia de la provincia que esté dedicada a San Martín de Tours, el patrón de nuestra ciudad.
En esta ocasión la elección ha recaído en la de San Martiño de Sabadelle (O Pereiro de Aguiar)."


Matasellos especial concedido por correos.

Máis información na páxina a Sociedade Miño: www.sociedadmiño.es

jueves, 4 de noviembre de 2010

El correo microfilmado en la II Guerra Mundial (1ª parte) -LOS AIRGRAPHS-

Desde los años 20, los bibliotecarios, los archiveros, y  los conservadores  de documentos de algunas de las principales bibliotecas nacionales, y particularmente  la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y  la Biblioteca del British Museum de Londres, habían insistido en la necesidad de conseguir un sistema que promoviera el microfilmado de los escritos con un coste razonable. Esa presión  indujo a Eastman Kodak a investigar y conseguir los equipos y material necesarios. Así en 1928 Recordak, una filial de Eastman Kodak  desarrolló un sistema de fotografía de documentos con suficiente calidad de imagen. En 1931, las cámaras Recordak eran capaces de mover automáticamente la película fotográfica en sincronización con los documentos que la iban alimentando mediante un tambor rotatorio. Su utilización fue en un principio limitada a los documentos muy valiosos.
Biblioteca del Congreso de los E.E.U.U.en Washington, la mayor biblioteca del mundo con mas de 18 millones de libros y más de 100 millones de documentos.
Vista de la “Reading round room” de la Biblioteca del Museo Británico de Londres, antes de su traslado a sus nuevas instalaciones en 1997.

LOS AIRGRAPHS

Durante la Segunda Guerra Mundial el envío del correo que mantenían las tropas con sus familiares lejos de casa llegó a constituir un acuciante problema. La cantidad de correo se hizo inmensa y con la creciente distancia a que se iban encontrando muchos combatientes de sus hogares tras la intervención en la guerra de prácticamente los cinco continentes, la continuidad en el transporte del  correo constituyó un objetivo prioritario.

Y es que, el alto mando militar  era consciente de la importancia del buen funcionamiento del correo para mantener alta la moral de la tropa que vivía en circunstancias extremadamente penosas. Las cartas entre padres –madres sobre todo- e hijos, novios con sus novias, maridos con sus familias , constituían su única  conexión con el mundo “real” en medio de aquella locura.
Al dorso de éste Airgraph destinado a transportar el correo entre los militares británicos destinados en Ceilán y sus casas en Inglaterra, se daban las instrucciones de cumplimentación: “No se debe escribir nada en este lado del papel. Todo el mensaje  debe ir bajo la doble línea. El nombre y la dirección del destinatario se deben escribir con letras mayúsculas en el recuadro superior del anverso…”

Así, el mando británico decidió poner a disposición de todo el personal militar  y de sus familias unos impresos ilustrados  de 28 centímetros de alto por 21 de ancho. Una vez que escribían la dirección del destinatario y su mensaje, estos impresos eran enviados al  centro de procesamiento fotográfico más cercano , donde eran microfilmados únicamente los anversos de los impresos.

Este sistema ya había sido propuesto en 1932 por Eastman Kodak había a varios Correos, que lo habían rechazado entre otras razones por estimar que los usuarios no aceptarían la falta de confidencialidad que llevaba implícito.

La idea fue rescatada en 1940 por John Theodore Cuthbert Moore-Brabazon, que siendo Director de Kodak fue nombrado Ministro de Transportes del gobierno de Churchill.
Cartel animando a enviar Airgraphs al frente

Los microfilmes  eran los que viajaban a su lejano destino y una vez allí se revelaban en papel fotográfico de 13 por 10,5 cms. A continuación se metían en  sobres de servicio y se llevaban a los destinatarios. De esta forma,  se consiguió ahorrar  el transporte de toneladas de papel.
Habían nacido los “Airgraphs”.
Airgraph de felicitación de Navidad enviado por un miembro de las fuerzas aéreas británicas (RAF) en Oriente Medio a su casa con la indicación “De Charles, vuestro querido hijo y hermano”.
Airgraph con el dibujo del mapa de operaciones del Mediterráneo en la Navidad de 1944

El envío desde el origen hasta el centro de procesamiento  era gratuito para el personal de las fuerzas armadas (viajaba en franquicia), mientras que los civiles ingleses tenían que franquear esa parte del trayecto.
Por eso se pueden encontrar de tres formas:
• Como documento normal  timbrado con   un sello adhesivo.
• Como entero-postal con el sello impreso.
• Como franquicias, sin sello alguno.

La mayoría de los Airgraphs son cartas escritas sin ninguna ilustración ni mayor interés temático.
La Pascua también fue motivo de ilustración de Airgraphs, como éste enviado por un soldado en el frente de Polonia a su casa en Escocia.

Sin embargo con motivo de las celebraciones de Navidad  y en menor medida las de Año nuevo y Pascua proliferaron los Airgraphs ilustrados con todos los temas imaginables. Además también  hubo comerciantes que vieron en los Airgraphs una oportunidad de negocio , insertando publicidad, como la fábrica de bicicletas “Raleigh” del siguiente ilustración.

 En 1941, cuando los americanos todavía no habían entrado directamente en guerra, los soldados británicos eran los únicos que combatían a miles de kilómetros de su casa Reino Unido.  Al  incorporarse al conflicto los italianos, una de las primeras medidas de Mussolini  fue el cierre del Canal de Suez.
Esto obligó a que el correo entre Inglaterra  y sus soldados destinados en el Medio y Extremo Oriente tuviera que utilizar la ruta del Cabo de Buena Esperanza, recorriendo toda África y dando un rodeo de nada menos que ¡19.000 Kilómetros! Como consecuencia el Correo empezó a tardar de tres a seis meses  en llegar a su destino.

Se puso de manifiesto que la única posibilidad de tener un servicio de correos que cumpliera su objetivo de mantener alta la moral de la tropa era utilizar el transporte aéreo. El diario “Times” de Londres  del 22 de abril de 1941 anunció la puesta en marcha de un
servicio experimental de correo aéreo destinado a reducir el coste  y las demoras del correo entre  los soldados británicos destinados en Oriente Medio  y el Reino Unido.
El General  Sir Claude Auchinleck, comandante en jefe de las fuerzas aliadas en Oriente Medio desde Julio de 1941, fue el destinatario del primer Airgraph.
 El Correo Británico inauguró el “Airgraph Service” en agosto de 1941, siendo la recientemente fallecida Reina Elisabeth , madre de la actual Isabel II, la que envió el primer Airgraph a Egipto, al Comandante en Jefe, General Auchinleck.
Los Airgraphs llegaban a los destinatarios de cualquier parte del mundo tardando entre diez  y doce días.

Para ello se estableció un acuerdo con la Kodak Limited, filial británica de la ya entonces poderosa empresa fotográfica Eastman Kodak, de colaboración con el Ministerio de la Guerra, el Ministerio del Aire, el Almirantazgo y el Correo para la utilización en el correo militar de los Airgraphs.
Antes de la guerra ya se había creado la “Airgraph Limited” formada por  Kodak con la Imperial Airlines Ltd (cuyo nombre entonces era British Overseas Airways Corporation),y la   principal línea aérea USA de la época, la PanAm Airways, para desarrollar la idea de un correo aéreo económico  basado en el fotografiado en miniatura de las cartas  a un lado del Atlántico ,para transportar en avión los microfilmes a través del océano y una vez en su destino hacer copias ampliadas para entregarlas a los destinatarios. De ahí el nombre de Airgraph empleado para el correo militar que utilizó el mismo principio.

La Kodak Recordak modelo C-1, empleada para microfilmar los Airgraphs.

El éxito de su principal objetivo de reducir el peso y el  tamaño del correo se pone de manifiesto  al considerar que 4.500 cartas una vez microfilmadas pesaban 500 gramos mientras que los originales en papel, además de las enormes dimensiones  del envió suponía un peso de 150 Kilos.

Los 4 principales tipos de sobres de Airgraphs utilizados en el Reino Unido


José Ramón Moreno Fernández-Fígares

Vice-Presidente de la FEPA
Presidente de la Comisión  Temática de FESOFI
Secretario de la Comisión Temática de la FIP