miércoles, 9 de marzo de 2011

Historia del sello postal


Un sello postal o estampilla es el comprobante del  previo pago de los envíos efectuados por correo en forma de etiqueta, generalmente engomada, o directamente impreso, entero postal. El sello es un pequeño papel cuya forma más usual es rectangular o cuadrada, que se pega en un sobre y que indica que la persona que realiza el envío pagó el servicio.
Su historia está íntimamente relacionada con la figura de Rowland Hill. La emisión del primer sello postal se enmarca dentro de una profunda reforma del servicio de correos británico emprendida por James Chalmers (1834) y Rowland Hill (1837). Hasta entonces el envío lo pagaba el destinatario en función de los kilómetros recorridos y no por su peso. Hill propuso que el envío lo pagara el remitente según una tarifa uniforme en función del peso y no por el kilometraje.
Según la leyenda, esto sucedió en el año 1835, el profesor inglés Rowland Hill, que viajaba por Escocia se quedó a descansar en una posada. Mientras se calentaba en la chimenea vio cómo el cartero de la zona entraba en la casa y entregaba una carta a la posadera.
Ella tomó la carta en sus manos, la examinó atentamente y la devolvió al cartero alegando: Como somos bastante pobres no podemos pagar el importe de la carta, por lo que le ruego que la devuelva al remitente. Al oír aquello, surgió en el corazón de Hill un impulso de generosidad y movido por ese impulso ofreció al cartero el importe de la misiva, pues no quería que por falta de dinero se quedara la buena mujer sin saber las noticias que le pudieran llegar en dicha carta.
El cartero cobró la media corona que costaba, y entregó la carta a la posadera, saliendo a continuación para seguir su recorrido. La posadera recogió la carta y la dejó sobre una mesa sin preocuparse en absoluto de su contenido. Luego se volvió al generoso huésped y le dijo con amabilidad: Señor, le agradezco de veras el detalle que ha tenido de pagar el importe de la carta. Soy pobre, pero no tanto como para no poder pagar el coste de la misma. Si no lo hice, fue porque dentro no hay nada escrito, sólo la dirección. Mi familia vive a mucha distancia y para saber que estamos bien nos escribimos cartas, pero teniendo cuidado de que cada línea de la dirección esté escrita por diferente mano. Si aparece la letra de todos, significa que todos están bien. Una vez examinada la dirección de la carta la devolvemos al cartero diciendo que no podemos pagarla y así tenemos noticias unos de otros sin que nos cueste un penique.
Después de este suceso Hill escribe un folleto en donde propone el pago previo de la correspondencia. Esta propuesta es aceptada. Los sobres timbrados y los sellos adhesivos los emitiría el Gobierno. Se decretó que los sellos se pondrían en circulación el día 6 de mayo del año 1840.


Para su diseño se presentaran dos mil seiscientos proyectos, premiando los cuatro mejores trabajos. De todos los proyectos presentados, fue aceptado el de Benjamín Cheverton, su diseño original consistía, a pluma, la figura de la Reina Victoria de perfil.
Para la impresión de los sellos se eligió a los mejores grabadores de la época, Perkins, Bacon & Petch. En total fueron emitidos más se 68 millones de sellos del Penique Negro.
El día 8 de mayo del mismo año se puso a la venta los dos peniques, en color azul. El nuevo sistema postal dio unos resultados asombrosos, tanto que se triplicó el número de cartas en una semana. A la vista de todo ello Rowland Hill fue nombrado director de Correos del Reino Unido, dedicando el resto de su vida a realizar ampliaciones y mejoras en los servicios postales. El nuevo sistema encontró rápida aceptación en otros países y a los pocos años estaba ya generalizado internacionalmente.


La Unión Postal Universal establece que en los sellos que circulen internacionalmente debe aparecer el nombre del país emisor en alfabeto latino. De esta obligación está exento el Reino Unido por ser el primer país emisor de sellos.
El cantón suizo de Zurcí, fue el primer imitador de los servicios postales ingleses y emitió en marzo de 1843 dos sellos de 5 céntimos  c/u de color verde conocidos como "el doble de Ginebra".
En Julio de 1843 en Río de Janeiro se emitían los primeros sellos del Brasil y de Sudamérica, por sus características le valió el mote de "ojos de buey". Son de tres valores: 30, 60 y 90 reis; mientras que le emisión de 1844 – 1846 le corresponde el apelativo de "ojos de serpiente" y a la tercer de 1861 de –"ojos de cabra".
El más raro, es el más bello indiscutiblemente el de los cantonales suizos el sello emitido el 1° de Julio de 1845 ya conocido como "paloma de Basilea".
Los sellos más antiguos de los Estados Unidos son el 5 céntimos con el retrato de Franklin junto con el 10 centavos de la efigie de Washington que aparecieron en 1847, este año se conocieron los famosos "one penny" y "two pence" post office de la ista de Mauricio al parecer para complacer la voluntad de la esposa del gobernador.
En 1° de Enero de 1850 aparecen en España los primeros sellos postales para la correspondencia local y con las colonias, llevando la efigie de la Reina Isabel II.
En 1859 también aparecen las estampillas de Lombardo-Veneto antiguamente un reino del norte de Italia, formó parte del imperio austriaco llevando el diseño de un escudo de armas del reino de Lombardo, posteriormente este reino se anexo a Cerdeña en 1859 y Venecia al reino de Italia en 1866.

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