Fecha de emisión:24/03/2014
Tirada: 280.000
Pocos
artistas han tenido la fortuna de Antonio Gaudí en cuanto al número de obras,
ocho en total, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la UNESCO. Esta misma
fortuna la tiene el arquitecto de Reus en la atención que la filatelia española
le ha dedicado. Trece emisiones y quince sellos, que han ido apareciendo desde
1960, con motivo del I Congreso Internacional de Filatelia en Barcelona, hasta
los dos que se emiten en este año. El primero de ellos, puesto en circulación
el dos de enero y consagrado a la
Puerta de la Finca Miralles , formando parte de la serie Arcos
y Puertas Monumentales. El segundo, el que nos ocupa, dedicado al Park
Güell, una de las obras del genial artista catalán, más conocida y visitada de
su extensa producción.
Este proyecto, encargado una vez más por el empresario Eusebi Güell, consistía
en la realización de una urbanización residencial sobre la agreste ladera
suroeste del Monte Carmelo, más conocido como Muntanya Pelada, ubicada al norte
de la ciudad de Barcelona. La intención común del promotor y del
arquitecto era crear un espacio respetuoso con la naturaleza y que escapara a
la especulación. Para esto último, Güell ofrecía a los posibles compradores un
contrato enfitéutico, en el que se exigía un respeto absoluto hacia el entorno
natural. Gaudí por su parte, influido por las ideas de Ebenezer Howard
sobre las ciudades jardín británicas, de ahí la denominación anglosajona de
“Park”, planificó el terreno dividiéndolo en sesenta parcelas
triangulares, edificables sólo en su sexta parte y cuyas viviendas no podían
ocultar la vista del mar ni privar del sol a sus vecinos. El resto del terreno
estaba dedicado a zonas comunes: conserjería, caballerizas, mercado,
actividades lúdicas y culturales…y un sinfín de calles, caminos, viaductos,
plazas y escaleras, que permitían el tránsito en un lugar plagado de rocas y
desniveles.
Las obras se ejecutaron de 1900 a 1914, período en el
que solamente se logró vender una parcela a un abogado barcelonés amigo de
Gaudí. El propio arquitecto se trasladó a vivir a la casa modelo,
proyectada por su colaborador Francesc Berenguer; un año después Güell utilizó
la antigua masía señorial, Casa Larrard, como domicilio familiar. Las
condiciones de compra no sedujeron a la burguesía catalana de la época y el
proyecto fracasó. Hay fracasos que se convierten en éxito; Güell comenzó a
ceder el gran jardín privado para actos públicos y en 1922, cuatro años después
de su muerte, el Ayuntamiento de Barcelona compró el recinto, abriéndolo a la
ciudadanía en 1926.
El sello, de forma circular,
reproduce el anverso de una moneda conmemorativa de dos euros dedicada al Park Güell.
Tanto en el sello como en la hoja bloque se presenta un dragón, que se ha
convertido en la imagen más popular del parque, situado en la escalinata que
une la explanada de acceso con la Sala Hipóstila. La técnica del trencadís, mosaico
realizado con fragmentos cerámicos unidos con argamasa, fue una creación de
Gaudí, adoptada por el modernismo catalán y hoy en día utilizada por destacados
arquitectos.
Correos
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