Todo un mundo de posibilidades
La huella del falsificador 015
Publicado en El Eco
Filatélico y Numismático
El dentado oficial de los sellos
españoles ha sido ejecutado por medio de perforaciones circulares de diversos
tamaños: una sucesión de taladros que cada vez perforan un lado de los sellos
(dentado de línea); un conjunto de taladros en forma de peine que en cada golpe
perfora tres lados de una tira de sellos de la hoja (dentado de peine) o,
finalmente, el dentado de caja o cajetín (sistema Harrow) que realiza el
dentado completo del sello en un solo golpe (el lector podrá ver una excelente
descripción del término “dentado” en el “wiki filatélico” dehttp://www.filaposta.com).
Para detectar un posible dentado
falso lo primero a tener en cuenta es el tipo de dentado con el que se perforó
la emisión oficial. Como puede comprenderse el número de variedades diferentes
es mayor en una dentado de línea que de peine y en éste que en el de cajetín.
Fig. 1 – Algunos
dentados falsos.
Fig. 2 – 1 céntimo.
Pareja vertical sin dentar horizontalmente.
Por razones de espacio este
artículo sólo nos permite el análisis de una de ellas. Se trata de una pareja
vertical del valor de 1 céntimo de la serie de Colón de correo ordinario
(conmemorativa del Descubrimiento de América) sin dentar horizontalmente y que
vemos catalogado por Edifil con el número 531sv.
Vamos a comprobar que su dentado
es falso aunque se trate de una variedad posible en esta emisión al haber
sido originariamente perforada con el llamado dentado de línea. No sucedería lo
mismo si el dentado original hubiera sido de peine, pues siempre tendría
perforaciones en tres lados del sello, o de caja que tendría necesariamente los
4 márgenes dentados.
La línea de punzones que perfora
un lado de los sellos, a continuación debe perforar el otro lado, por lo que
ambas hileras de agujeros deben ser muy semejantes. Nótese que decimos “muy
semejante” y no idénticas porque los punzones no son del todo rígidos y se
pueden producir ligerísimas desviaciones.
Para cerciorarnos de que se ha
dentado con la misma línea de punzones uno y otro lado de la pareja marcamos en
color rojo los agujeros de un lado (figura 3) y los superponemos sobre el otro
lado (figura 4). Se puede apreciar una cierta similitud, pero ampliando la
imagen quedan al descubierto desigualdades que nunca podrían ser fruto de la
misma línea de punzones.
Fig. 5
Dividamos el lado izquierdo de la
pareja (fig.5) en cuatro partes dándoles un fondo de color para distinguirlas
mejor. Ahora veamos la ampliación de las tres primeras, es decir las tres de la
parte superior que situaremos una al lado de la otra como puede observarse en
la figura 6.
Fig. 6 – Al ampliar
la imagen se observa el desajuste
La flecha negra (2) muestra el
primer diente, que resulta ser enorme puesto que el falsificador debía haber
efectuado una perforación más, como veremos después.
El primer taladro de uno y otro
lado encajan con exactitud; por ello la mancha roja coincide perfectamente con
la perforación. En otros casos también, más o menos, pero las diferencias son
mayores en los casos señalados con flechas verdes (3, 4 y 5).
Fig. 7 Desajustes en la parte
inferior
La cuarta parte, la
inferior del dentado vertical izquierdo de la pareja, muestra sus similitudes y
desajustes con la correspondiente del lado derecho, Las flechas verdes señalan
los agujeros plenamente coincidentes, Las flechas rojas indican los taladros
del lado izquierdo que en el derecho no están totalmente perforados. Por
último las flechas de color azul centran nuestra atención en los taladros no
coincidentes entre uno y otro lado.
Así pues, comprobamos que
los dos dentados son distintos, Está efectuados uno a uno y el falsificador ha
hecho coincidir perfectamente el primero de todos en la parte superior de la
pareja y también el último, en la parte inferior, pero no ha podido evitar que
el pulso le haya traicionado con desajustes en otros intermedios.
Fig. 8 – Falta la última
perforación
Por supuesto que podríamos hacer
otro tipo de consideraciones para determinar la autenticidad o falsedad de un
dentado como puede ser el tipo de punzón utilizado. No es igual el corte que
produce en el papel el taladro llevado a cabo con un punzón de punta cónica que
cilíndrica o un punzón hueco que macizo. Pero eso lo dejaremos para mejor
ocasión.
El problema de este tipo de
falsificaciones es que al tratarse de piezas de un valor no excesivamente alto,
el coleccionista baja la guardia, no está suficientemente alerta, no perita el
material y con demasiada facilidad le dan gato por liebre.
Autor: José María Sempere
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