Fecha de emisión: 16/10/2012
Tirada: 300.000 ejemplares en pliegos de 50
En plena cordillera de los Andes,
y diseminadas a lo largo de la ruta internacional nº 7, se construyeron en
época colonial una serie de “casuchas de la cordillera” con el fin de mantener
durante todo el año las comunicaciones postales entre Mendoza (Argentina) y
Santiago de Chile. A modo de refugios de alta montaña, donde la mole andina
alcanza una altura media de 4.000 metros y los caminos se hacían
intransitables, las “casuchas” sirvieron de albergue para los correos y
viajeros que cruzaban la gran cordillera.
Por orden del gobierno español en
Chile, el capitán general del Reino, Antonio Guill y Gonzaga, mandó construir a
mediados del siglo XVIII las casas de la cordillera o “Casas del Rey”. El
proyecto de construcción, con la descripción de las características que debían
de reunir los refugios, fue realizado por Ambrosio O’Higgins, quien con una
delegación de funcionarios había atravesado previamente las montañas en pleno
invierno, viendo como muchos de sus compañeros sucumbieron por el frío. Tras
éste desventurado viaje, O’Higgins y el ingeniero Garland, ambos irlandeses,
fueron designados para construir las “casuchas”, que se pusieron en pie entre
1765 y 1770.
Los refugios se trazaron sobre el
Camino Real utilizado por los Incas y constaban de una planta cuadrada o
circular, de unos 25 m2
de superficie, y techos abovedados para facilitar el escurrimiento de la nieve.
Las bases se elevaban muy por encima del suelo circundante para permitir el
acceso aún en las peores condiciones climáticas. Se construyeron en ladrillo
cocido de procedencia chilena, asentados con mortero de cal muy resistente.
Como equipamiento interior debían tener un armario de madera con azúcar,
charqui, maté y ají, para el mal de altura, y leña para el fuego. Las
provisiones corrían a cargo de la
Renta del Correo.
Partiendo de Mendoza y en
dirección Este a Oeste se construyeron las casuchas de: Punta de Vacas,
Puquíos, Paramillos, las Cuevas y la
Cumbre , en territorio argentino, y las Calaveras, Juncalillo
y Ojos de Agua, en zona chilena. En la actualidad únicamente quedan en pie
Puquíos, Paramillos y las Cuevas, en Argentina.
Por la naturaliza del terreno,
los correos hacían el trayecto a pie con la correspondencia al hombro, y antes
de partir recibían del administrador de Correos las llaves de cada una de las
casuchas. Estas construcciones han servido de refugio a personajes como el
científico Charles Darwin y el botánico John Miers, entre otros.
En el sello se reproduce la
casucha de Paramillos.
Correos
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