jueves, 2 de junio de 2011

May Pierstorff, la niña que fue enviada por correo (1914)

May Pierstorff

En febrero de 1914, May Pierstorff, una niña de Grangeville (Idaho) de tan solo cuatro años de edad pidió a sus padres visitar a su abuela en Lewiston, a 75 millas de distancia.
El billete del tren que atravesaba las montañas de Idaho hacia Lewinston costaba entonces el salario de varios días de trabajo de sus padres.
Al darse cuenta que no existía una reglamentación específica acerca de enviar personas por paquete postal, decidieron “enviarla por correo”.
El 19 de febrero de 1914, May y sus padres se presentaron en la oficina de correos en Grangeville, donde se constató que el “paquete” pesaba 48 libras y media, algo menos del límite permitido de 50 libras.
El franqueo, de 53 céntimos en sellos, se pegó en el abrigo de May.
La niña realizó todo el viaje en el compartimiento de correo del tren, y al llegar a su destino fue entregada sana y salva en casa de su abuela por el secretario de turno, Leonard Mochel, según consta en los archivos del National Postal Museum.
El caso de May no ha sido, ni mucho menos, único en la Historia.
Entre los más conocidos destaca el ocurrido sesenta y cinco años antes, en 1849, cuando Henry “Box” Brown escapó de la esclavitud enviándose a sí mismo (con la ayuda de las redes abolicionistas) por correo a Filadelfia.
Pasó 26 horas en una pequeña caja en un viaje de 275 millas, con la mala fortuna, además, de pasar mucho tiempo bocabajo.
Y entre los más actuales destaca en 2003el caso de Charles McKinley, que quería visitar a su familia en Desoto (Texas) durante sus vacaciones de cuatro semanas.
El 5 de septiembre se envió por correo a sí mismo (en una caja) en avión de Nueva York a Dallas.
Sorprendentemente, las autoridades no lo capturaron hasta que, muy cerca ya de su destino, el repartidor llamó a la policía porque "había visto un par de ojos mirando desde el interior de la caja".

Fuente: aldea-irreductible.blogspot.com

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